Buceo en la “Esmeralda”, Un reencuentro con la historia viva

Tres afortunados chilenos, dos Oficiales de marina y un civil, todos buzos técnicos, tuvieron la oportunidad de bucear durante cinco ocasiones en la “Esmeralda” de Prat, hundida a 42 metros en la bahía de Iquique.

(www.armada.cl)



Bucear a 42 metros de profundidad y permanecer una hora en el fondo no es fácil. Se requiere de experiencia, bibotellas de gran capacidad, aire enriquecido con oxígeno al 27% y una descompresión de 57 minutos antes de regresar a la superficie, en varias etapas.

Durante una semana, el Capitán de Navío Jorge Kitzing y el Capitán de Corbeta Arturo Rojas, junto al buzo civil Felipe Mongillo, se sometieron a esta exigente prueba a finales de noviembre de 2008 para realizar 5 buceos en la "Esmeralda".


Para el Comandante Kitzing, "fueron más de 4 horas de permanencia en el fondo, recorriendo de proa a popa y de estribor a babor cada espacio de este glorioso buque. La emoción es tanta que a pesar de todo el tiempo buceando, siempre se nos hizo poco y nos costaba darnos cuenta que ya teníamos que ascender a la superficie".





A pesar de los años bajo el agua, la "Esmeralda" aún mantiene su casco completo. No es posible verla completa, dado que la visibilidad del agua en esa zona alcanza un máximo de 10 metros -la "Esmeralda" mide 60-, pero sí permite darse una visión clara e inmediata de qué parte uno está recorriendo. Para Felipe Mongillo, "fue muy gratificante poder tener la oportunidad de bucear la 'Esmeralda', más aún cuando la técnica de buceo empleada nos permitió estar con tiempos de fondos prolongados, que permiten tener una visión completa de los restos náufragos".


Para el Capitán Rojas, éste fue su primer contacto con la "Esmeralda" sumergida. "La encontré más armada y entera de lo que me imaginaba. Afortunadamente aún tenemos 'Esmeralda' para rato, pero es una reliquia que debemos cuidar responsablemente", señala. Esto, porque su deterioro no es tanto como podría pensarse tras 130 años sumergida. El casco permanece apoyado en el fondo arenoso duro y en su interior el buque ha embancado gran cantidad de arena y materiales diversos.


Aún hay cañones en su interior, varias piezas de la máquina, bombas, imbornales, munición de cañones, etc. En el exterior se ven parte de sus palos y tres anclas. La hélice está intacta, al igual que los aparejos que se utilizaban para izarla cuando se navegaba a vela, y es posible apreciar las marcas de los espolonazos que le propinó el "Huáscar" durante el combate. "Uno como marino conmemora el Combate Naval todos los años y encontrarse con la 'Esmeralda' real, tocarla, sentirla, es encontrarse con la historia viva", señala el Comandante Kitzing.





El proyecto que permitió que dos Oficiales y un civil permanecieran una semana buceando en la rada de Iquique fue el apoyo de la Armada a la Corporación de Patrimonio Cultural de Chile, organización privada encargada de la construcción de la réplica de la "Esmeralda" y financiada por la Minera Collahuasi.


La intención del grupo era tomar las medidas de la "Esmeralda" para tener referencias precisas que permitieran la construcción de la réplica.


Cada buceo era planificado en los aspectos de seguridad, técnicos y del trabajo a efectuar. El grupo fue apoyado por la Partida de Salvataje de Iquique y por dos buzos que se mantuvieron en los alrededores en caso de alguna emergencia. "Sabíamos antes de descender hacia dónde iríamos y qué se haría en cada sector y cuál era el trabajo de cada uno. Sabíamos cómo comunicarnos en caso de emergencia y cómo proceder", cuenta el Comandante Kitzing.