Capitán de Fragata Arturo Prat Chacón

Por Revista Vigía

Agustín Arturo Prat Chacón es uno de los personajes más reconocidos de la historia chilena. Nació el 4 de abril de 1848, en la hacienda San Agustín de Puñual, situada en Ninhue, en las cercanías de Chillán. Hijo de Pedro Agustín Prat Barril y María Luz Rosario Chacón y Barrios, Arturo Prat comenzó sus estudios en 1856, en la Escuela Superior de Instrucción Primaria.

A los diez años de edad, el 28 de agosto de 1858, ingresó a la Escuela Naval, donde formó parte del llamado “Curso de los Héroes”, por sus distinguidos miembros, como: Carlos Condell, Luis Uribe, Juan José Latorre y Jorge Montt.


ASCENDIDO A CAPITÁN DE CORBETA


El primer adiestramiento marítimo lo realizó entre 1859 y 1864. Este se inició por su paso en el vapor “Independencia” y, posteriormente, en la corbeta “Esmeralda”. Un año más tarde participa en la guerra contra España, la cual significó la primera experiencia bélica de Prat. Así peleó en el Combate Naval de Papudo, en noviembre de 1865, y en el Combate de Abtao, en febrero del siguiente año.


Por las capacidades mostradas en dichos enfrentamientos, fue ascendido a Teniente Segundo. Una vez finalizado el conflicto con la nación hispana, Arturo Prat efectuó numerosos viajes dentro y algunos fuera de Chile. Fue el Segundo Comandante de la corbeta “Esmeralda” donde se instruían los Cadetes de la Escuela Naval. También desempeñó el cargo de subdirector y director interino de la Escuela.


Durante el mismo período, llevó a cabo estudios libres de Leyes, titulándose a los 28 años. Gracias a esto, sumado a su labor en la “Esmeralda”, es ascendido al grado de Capitán de Corbeta el 12 de febrero de 1873. Contrajo matrimonio con Carmela Carvajal Briones el 5 de mayo de 1873. De la unión nacieron tres hijos: Carmela de la Concepción, Blanca Estela y Arturo Héctor.


Arturo Prat ascendió a Capitán de Fragata el 25 de septiembre de 1877 y en 1879 comandaba la corbeta “Esmeralda”. El 16 de mayo de 1879, la Escuadra zarpó a El Callao desde Iquique con el plan de sorprender a los buques peruanos, pero simultáneamente ese mismo día zarpaban desde ese puerto el Monitor “Huáscar”, la fragata blindada “Independencia” y los transportes “Oroya” y “Chalaco”, con destino a Arica, con el objeto de llevar refuerzos, armamento, municiones y vituallas, cruzándose ambas escuadras, sin avistarse.


LLEGAN LOS PERUANOS


Allí el Capitán de Navío Miguel Grau Seminario se impuso que en Iquique se encontraban sólo dos buques chilenos bloqueando ese puerto, cuya inferioridad combativa en comparación al “Huáscar” e “Independencia” era inmensa y que un convoy con 2.500 soldados chilenos había zarpado de Valparaíso con destino a Antofagasta.


Entonces su plan fue hundir las naves chilenas para levantar el bloqueo de Iquique y atacar el convoy para apoderarse de los buques, tropa, armamento, víveres y vituallas. Como acción secundaria, destruir la máquina resacadora de agua de Antofagasta para evitar su suministro a las tropas allí acantonadas.


En las primeras horas del día 21 de mayo de 1879, se hicieron presente en la rada de Iquique los dos buques peruanos, el monitor “Huáscar” y la fragata blindada “Independencia”, que en el Combate Naval de Iquique y Combate Naval de Punta Gruesa se batieron con la corbeta chilena “Esmeralda” y la goleta “Covadonga”, respectivamente. (Puede leer en detalle esta acción histórica en www.armada.cl).


EMBLEMA INVALUABLE


A continuación se señalarán algunos hechos relevantes que justifican el fervor patriótico que existe por la figura del insigne marino Arturo Prat Chacón. Aunque la diferencia de potenciales era tan evidente, Arturo Prat, en vez de asumir la posición lógica de que no podría obtener una victoria y era mejor rendirse, optó por la decisión más difícil: desafiar a la muerte y combatir sin rendir el pabellón.


Su arenga a la tripulación antes del combate: “Muchachos, la contienda es desigual, pero, ánimo y valor. Nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo y espero que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Por mi parte, os aseguro que mientras yo viva, esa bandera flameará en su lugar y si yo muero, mis Oficiales sabrán cumplir con su deber”, es un mensaje que transmitido de generación en generación ha sido preservado como un emblema invaluable dentro de las tradiciones chilenas de “vencer o morir”, lema grabado en las ruedas de gobierno de todos los buques de guerra nacionales, como asimismo mantenido vigente en un lugar preferente por las otras FF.AA.
Su temerario abordaje al monitor “Huáscar” y su muerte en la cubierta del buque enemigo, reforzó la decisión de su tripulación, de combatir hasta la muerte, aunque su inferioridad combativa aumentara a cada momento. En Iquique, Chile perdió un buque viejo, pero allí se gestó el principio de la victoria en la Guerra del Pacífico, porque con la muerte de Prat y de ciento treinta y nueve marinos, se creó una mística que llevaba a los hombres a hacer enormes sacrificios por la Patria, lo que fue ratificado en el Combate Naval de Angamos, asalto y toma de Pisagua, la batalla de Tarapacá, la batalla del Campo de la Alianza, la toma del morro de Arica, las batallas de Chorrillos y Miraflores y el combate de La Concepción.


Con razón Chile entero venera la imagen de Prat y sus camaradas, que señalaron el camino de la victoria y que sirven como ejemplo para las generaciones actuales y futuras de la nación. Desde sus comienzos, la historia de la Armada ha contado con marinos de excepción.


Sin embargo, entre ellos han existido verdaderos héroes, que por su arrojo y valentía sin límites, son recordados y reconocidos hasta hoy por el país entero y la Marina como su gran ejemplo y sus actos heroicos.