PRESENCIA DE ARTURO PRAT EN QUILLOTA

(www.revistacentenario.blogspot.com, 5 de abril de 2009, de Juan Bragassi Hurtado)

Arturo Prat es uno de nuestros mayores héroes nacionales, un símbolo que engloba y personifica transversalmente el sacrificio máximo brindado por una generación de chilenos, provenientes de los más variados sectores de nuestra sociedad, en una guerra que nos enfrentó con los pueblos vecinos de Perú y Bolivia.

Hoy es muy difícil el comprender su real significación, han habido en todos estos años demasiados discursos y más aun demasiados interesados en sacar partido de su figura.

Necesitaríamos haber vivido aquella época y haber compartido con aquellos hombres para comprender su tragedia y saber que héroes, son los que son capaces de sobreponerse a la adversidad, que sin dejar de pensar en si mismo, piensa también en su comunidad y que son sujetos de acción; que los actos heroicos no se dan solo en el campo de batalla, sino día a día por llevar el pan en forma honesta a la casa, dar educación a los hijos y contribuir a sacar a este país y su pueblo de la miseria a la que nos lleva la dependencia y los malos gobiernos.

Es en este aspecto, sabemos muy poco sobre Prat y quisiera detenerme en retratar parte de un pasaje de su vida, que nos habla del hombre que con la misma mano que por razones del destino tuvo que empuñar un arma, también pintaba cajitas de madera, coloreaba fotos, enseñaba a leer y a escribir a trabajadores analfabetos.

Arturo Prat se casó cuando tenía 25 años, el 15 de mayo de 1873 con una joven quillotana de 19 años, llamada Carmela Carvajal Briones, cuñada de una tía suya.

El escenario de su matrimonio, fue el entorno de la Plaza de Armas de Quillota, el mismo lugar que vió llegar décadas antes a un agradecido libertador Bernardo O´higgins, quien le confirió el título de ciudad y que vió el apresamiento del estadista chileno Diego Portales, quien fue asesinado pocos día después en las faldas de un cerro de Valparaíso.

El joven matrimonio, vivió sus primeros años en el hoy conocido sector de La Cruz, allí tenía una casa quinta heredada de la familia de la novia, propiedad que estaba ubicada en el sector de Chatarravata, en la avenida Miraflores, que después cambió su nombre por avenida 21 de Mayo. La casa era de un piso y se vino abajo con el terremoto de agosto de 1906. Para llegar a ella, había que cruzar un pequeño puente hecho de ladrillos, que existió hasta 1941, año en que se pavimentó toda la avenida. Hasta hoy día hay gente que este sector le llama popularmente el “huerto de los Prat.”

Cuando el joven matrimonio decide trasladarse a Valparaíso, deciden arrendar la casa y se instalan en los terrenos donde actualmente esta edificado el Club Naval de Valparaíso, ubicado a un costado de la plaza de la Victoria, allí nacen tres de sus hijos.

La felicidad para esta joven pareja no es duradera, como sabemos una vez iniciadas las hostilidades Arturo Prat debe partir hacia el norte junto a la escuadra nacional, donde se sucede en el bloqueo del puerto de Iquique y finalmente el combate naval del 21 de mayo de 1879.

Carmela, ya siendo viuda volvió a esta quinta en Quillota que daba hacia la avenida y allí junto a sus hijos cada aniversario, recibió el homenaje por parte de la ciudadanía y más aún de los supervivientes de la Esmeralda.