"Películas sobre Arturo Prat y el Combate Naval de Iquique"



Nuestro máximo Héroe Naval vuelve a la vida

www.patrimoniomaritimo.cl, 
21 de mayo 2008 

Hoy, 129 años después del Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa, el Comandante Arturo Prat Chacón vuelve a la vida, en diversas obras audiovisuales realizadas con el apoyo de la Armada.

La arenga del Comandante de la “Esmeralda” resuena nuevamente en los oídos y los corazones de todos los chilenos, a través de TVN, en la serie “Grandes Chilenos de Nuestra Historia“; en la próxima película para televisión “Prat”, como parte de la serie “Héroes” de Canal 13 UC; y en el film que se podrá ver en los cines el próximo año, “La Esmeralda 1879”, del realizador Elías Llanos.

“Sin la Armada, este proyecto no hubiera sido posible”

El Director Ejecutivo del Proyecto Bicentenario de Canal 13, Alberto Gesswein, fue enfático al afirmar que la ayuda de la Armada en este proyecto fue “fundamental, fueron verdaderos coproductores de nuestra película; gracias al apoyo, los recursos humanos y técnicos, así como también a la asesoría histórica y conceptual hemos podido hacer realidad este proyecto”. Desde el principio, este equipo buscó, “en honor al personaje, ser meticulosos con lo histórico, historiográfico y naval, ante lo que recibimos una asesoría exhaustiva, en la revisión de cada una de las más de 100 páginas del guión, por parte de la Armada y otros asesores particulares que colaboran
con ella”. 




Asimismo, el Director de la película, Gustavo Graef Marino, agradeció enormemente la ayuda de la Armada, ya que le permitió cumplir con la “responsabilidad que uno siente de estar tratando una historia, un tema y un personaje tan inmensamente conocidos, como es Arturo Prat, respetado unánimemente. Todo el equipo está trabajando para que la película termine siendo acorde a lo que el personaje histórico significa”.

Además de toda la asesoría técnica, histórica y apoyo logístico, uno de los aportes más importantes de la Armada al último de los seis capítulos de “Héroes”, producido por Nueva imagen II, fue la participación como “extras” de la película de 27 efectivos navales, miembros de la Estación Naval Metropolitana y del Centro de Telecomunicaciones Navales de Santiago.

El Cabo 1º Hans Solís Castro, especialista en Maniobras y dotación de la Estación Naval Metropolitana, no solo actuó como el “Soldado Arsenio Canave”, quien saltó al abordaje del “Huáscar” junto al Capitán Prat, además fue pieza clave en la producción de esta película, puesto que participó como “asesor náutico” de todo el equipo, enseñándoles “por ejemplo, cómo saludar al Comandante, qué decirle y qué no, cómo funcionan las antigüedades, cómo formar y en general, cosas de formación naval y términos marineros”.

Otro “extra” en esta película fue el Marinero Rafael Pérez Medina, quien interpretó a un artillero de la “Esmeralda” y cuenta que fue “una experiencia muy bonita aunque agotadora, porque las escenas se repiten 20 veces y siempre tienes que hacerlo igual; pero es un orgullo porque los niños que vean la película van a conocer la historia de otra forma”.

Conociendo al Héroe

El actor Andrés Wass interpreta al Comandante Arturo Prat, tarea que “ha sido un desafío bastante grande, porque es un personaje muy conocido, por lo que hay mucha expectativa que cumplir y también hay un desafío de recrear un personaje original; ahí hay 2 ángulos que he procurado equilibrar. Creo que pude comprender mejor ahora el heroísmo
de su gesta, el hecho de que podría haber tenido, sin ser juzgado por sus pares incluso, la oportunidad de rendirse y sin embargo decidió enfrentar su destino”.

“Para mí hay un valor general, el amor a la Patria, que se está plasmando muy bien en esta producción, los valores de la Armada han resaltado mucho, en cuanto se muestra este amor incondicional por servir a lo que la Patria necesite”.

“Prat” será la primera película chilena en utilizar la tecnología de los Cromas, que consiste en grabar las escenas sobre telas verdes –cerca de 1.000 metros utilizados en esta producción–, sobre la cual se montarán digitalmente imágenes reales de fondo.

Grandes Chilenos de nuestra Historia

Otra de las realizaciones en que la Armada ha participado activamente es el programa “Grandes Chilenos” que Televisión Nacional prepara en el marco de sus producciones audiovisuales para el Bicentenario, en conjunto con la productora Nuevoespacio. Esta serie tiene por objetivo elegir, por medio de la votación del público, al chileno más grande de la historia, entre un grupo de 10 personajes que resultaron finalistas, entre los cuales se encuentra el Comandante Arturo Prat.

Cada personaje tendrá un documental en que se presentarán los argumentos por los cuales
califica como Gran Chileno. La “defensa” del Comandante de la “Esmeralda” estará a cargo del periodista Rafael Cavada, quien cuenta que para él esto es un orgullo, porque “es un héroe intachable cuyo acto fue sólo por amor a la Patria. Para mí, Arturo Prat es un símbolo de heroísmo y es lejos el que más admiro, por lo que me hace muy feliz la oportunidad de defenderlo”.

El documental se basa principalmente en registros y obras existentes en diversos formatos, además de testimonios, como por ejemplo, el del Ministro de Defensa Nacional, José Goñi (quien es descendiente del Contador Mayor de la “Esmeralda”, Juan Óscar Goñi, tomado prisionero en el “Huáscar” durante el Combate Naval de Iquique), así como también del Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Rodolfo Codina Díaz, y el tataranieto del Comandante Prat, José Tomás Undurraga.

Arturo Prat a la pantalla grande

Un proyecto cinematográfico de gran envergadura, al cual la Armada está brindando su apoyo, es la película “La Esmeralda 1879”, la cual relatará fundamentalmente las 24 horas previas al Combate Naval de Iquique. Al momento, la película se está rodando en Iquique. Su escritor, director y productor, Elías Llanos, cuenta que su motivación para hacer este filme radica en “el ejemplo de valor del Comandante Prat y su heroica tripulación, permite conocer realmente la esencia de cómo nace un grupo de héroes nacionales de carne y hueso, versus héroes de otras nacionalidades o personajes irreales con los cuales muchos jóvenes del país se identifican, sin valorar lo nuestro”.



Prat, la película de la patria 

www.educarchile.cl, 27 de Mayo de 2009

La profesora de Historia y Geografía, María Cecilia Quinteros Alfaro, analiza las posibilidades del guión de la película sobre Arturo Prat de la serie Héroes con vistas a su uso en clases.

"El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad". Juan Pablo II

En la Escuela Naval del Japón existen tres bustos de los que se consideran los tres referentes en los que debe inspirarse todo futuro oficial: Horacio Nelson, Tōgō Heihachirō y nuestro Arturo Prat Chacón.

Siempre me ha sido dificultoso comprender qué entiende el inconsciente colectivo por la palabra "patria". Definitivamente y al menos para mí, la patria en genérico, no son ni los bailes nacionales, ni las comidas típicas, ni las batallas ganadas o perdidas. Para mí la patria es lo que proyectamos de nosotros mismos, lo consecuente que somos con nuestras ideas, el trato que damos al prójimo, sea este amigo o, sobre todo, cuando el destino nos sitúa en frentes opuestos; las lealtades con las cuales contraemos votos; lo que hacemos con la vida que nos ha sido dada: la muerte no puede ser sino el consecuente de cómo hemos obrado en el trayecto. Esto es lo que se nos muestra de Arturo Prat en la película.

El guión de esta nueva entrega de la serie "Héroes" nos presenta el lado menos conocido de Arturo Prat: un hombre con un alto concepto de lo que debe ser la intervención cívica de las personas, con un notorio sentido social, fiel a lo que considera es su deber; un buen padre, un amoroso marido, un mejor hijo; estudioso, culto, un líder honesto en la soledad del mando; un hombre de letras en constante búsqueda de la superación académica; un profesor comprometido con la docencia, que luchó por una educación de calidad para sus alumnos de bajos recursos.

Es uno de nuestros héroes menos controversiales. Mesurado, esforzado y metódico. Nadie puede oponerse a los valores que encarna Prat. Aúna sentimientos de admiración casi tan fácilmente como otros despiertan odiosidades. Es un personaje querido, recordado, entrañable, tal vez justamente porqueproyecta aquello que como patria desearíamos ser.

Nuestro currículum busca desarrollar la comprensión empática de los acontecimientos históricos y, al respecto, si bien es cierto que la historia debe entenderse en cuanto proceso multicausal, ello no implica dejar de conocer las experiencias personales de quienes vivieron esos procesos. Debemos buscar que nuestros alumnos reconstruyan los hechos históricos poniéndose en el lugar y contexto de quienes los protagonizaron. Este guión nos acerca a este objetivo, haciendo que la figura de Prat-prócer se transforme en la de Prat-persona, y parezca más real y cercana; permitiendo que se manifieste esa empatía que busca desarrollar el curriculum entre el alumno y el personaje histórico.

Por otra parte, el ajuste curricular que implementa desde este año (marcha blanca) el MINEDUC, busca potenciar la entrega de principios valóricos a los estudiantes, "la cual debe contribuir a forjar en ellos el carácter moral regido por el amor, la solidaridad, la tolerancia, la verdad, la justicia, la belleza, el sentido de nacionalidad y el afán de trascendencia personal" (Fundamentos del ajuste curricular en el sector de historia, geografía y ciencias sociales, Ministerio de Educación); todas cualidades observables en los Héroes que nos presenta la serie, especialmente en el caso de Arturo Prat.

Finalmente, uno de los indicadores de los mapas de progreso para Historia y Ciencias Sociales en Enseñanza Media nos dice que los alumnos deben reconocer que la mirada histórica es necesaria para una comprensión profunda de los problemas actuales: desde esta perspectiva, mostrar la figura de Arturo Prat desde una fibra más intima y anónima, a través de una nueva mirada histórica, puede ayudar a los alumnos a aproximase a una explicación más humana de lo que implican actualmente las consecuencias de la Guerra del Pacífico.



Furor épico: autor del libro Prat analiza la película "La Esmeralda" 1879


Diario "La Tercera", 21 de mayo de 2010

Para Patricio Jara, la recién estrenada cinta sobre el Combate Naval de Iquique es un trabajo que apuesta todas sus fichas a erigir, por sobre la figura individual de Arturo Prat, una épica colectiva como hasta ahora no se había hecho. Así, Elías Llanos, su director, sacrifica la didáctica biográfica del héroe en beneficio de una tragedia coral.


Toda epopeya se transforma, al final, en un asunto de proporciones. Ante la solemnidad del relato aprendido y glorificado, a la sombra de los héroes convertidos en estatuas de bronce y billetes satinados, de pronto se prefigura la gesta a tamaño real, en escala uno a uno y, con ello, el vértigo.

En cualquier caso, lo sabemos, el desafío por recrear los acontecimientos de Iquique, hace 131 años, es enorme, pues no se lidia únicamente con que el relato original calce con aquello que nos enseñaron en el colegio ni por ejercer un libre derecho a la interpretación; se lucha, también, contra algo aún más enraizado y acaso más temible que los humos del Huáscar asomando en el horizonte: aquella suerte de policía histórica que se encarga de custodiar celosamente a este santo secular, y bastante progresista, por lo demás, que fue Agustín Arturo Prat Chacón.

No se olvide: Prat, como otros oficiales que hubo ese día en la Esmeralda, no sólo simpatizaba con los postulados de Vicuña Mackenna, entonces opositor al gobierno de turno; también sus ideas sociales estaban marcadas por su alta preparación intelectual. Prat leía, pensaba, hacía clases gratuitas en una escuela de obreros y marcó un hito dentro de la Armada al lograr que la vida privada de los marinos estuviese fuera del alcance del uniforme, como lo hizo al defender con éxito ante un tribunal al teniente Uribe, a quien sus superiores cuestionaron la idoneidad de la mujer con la que se había casado.

Allí están las ideas de avanzada del héroe y no, como se ha hecho ver, casi como dato freak, en sus prácticas espiritistas, pues éstas fueron un modo desesperado de comunicarse con su primera hija, a quien no vio nacer ni tampoco morir, nueve meses después. Si Prat buscó refugio aquí fue por la profunda culpa que cargaba al no estar cuando su mujer lo necesitó.

Pero lejos de ese fogón donde hierven los caldos patrioteros (y donde quien demuestre más erudición sobre la Guerra del Pacífico es, también, el mejor chileno de la semana), la investigación histórica, la literatura y el cine han sabido abrirse paso con decisión en estos asuntos; y, en el caso preciso del filme La Esmeralda 1879, éste se ha valido de un trabajo que, sin despegarse de las bases reales, apuesta todas sus fichas a erigir, por sobre la figura individual de Prat, una épica colectiva como hasta ahora no se había hecho. Elías Llanos, su director, sacrifica la didáctica biográfica del héroe en beneficio de una tragedia coral y se gasta 12 millones de dólares en construir un mundo más que en explicarlo.

Hace dos veranos, luego de terminar el primer borrador de mi novela Prat (Bruguera, 2009), deambulé unos días por las playas, museos y barrios históricos de Iquique tratando de saber en qué me había equivocado y qué pasé por alto antes de entregar la versión final. Entonces tuve la oportunidad de ver de cerca las embarcaciones construidas especialmente para esta película. Como también, tiempo antes, había visto al Huáscar real meciéndose como un cetáceo envenenado en las cochambrosas aguas de Talcahuano.

En ambos casos, el contraste entre lo que hay en nuestro imaginario y lo que tenemos delante es notable y acaso fundamental para animarnos, tanto con ésta como con cualquier obra que reconstruya la matanza de aquel 21 de mayo y las muchas otras que hubo en la Guerra del Pacífico: siempre nos quedaremos cortos, nunca habrá una manera de reflejar las dimensiones de una épica de este calibre, no por la impericia de nuestros creadores, sino por el carácter de divinidad nacional que la preserva. Pudimos aceptar representaciones chuscas del padre Hurtado y de Teresa de Los Andes, pero con Prat nos cuesta más.

El sobreviviente

Desde la figura del entonces grumete Wenceslao Vargas, de 17 años, el último de los 57 marineros que sobrevivió al combate, la película de Elías Llanos se articula a partir de la vivencia de los testigos. Es, en definitiva, el recuerdo de un hombre que 60 años después del combate vuelve a la Escuela Naval dispuesto a compartir con un grupo de escolares sus vivencias épicas. Aquel detalle, a decir verdad, es bastante más que una solución argumental para anclar el relato y cobra sentido en una de las escenas iniciales, cuando Vargas, ya viejo y cansando, se topa con el busto de Prat inmortalizado sobre un pedestal a la entrada del cuartel. Ese momento (el veterano contemplando la figura de su comandante) marca la pauta y presenta la película como una narración en la cual la tripulación de la Esmeralda puede ser vista como un solo personaje.

Aquello se corrobora en la escena previa al inicio de los más de 20 minutos de carnicería hiperrealista que ofrece el final de la película, cuando tras la famosa arenga de Prat (construida a partir del recuerdo de al menos cuatro marineros), el grito de júbilo, el furor épico previo al primer cañonazo, se multiplica en cada uno de los miembros de la tripulación, desde los grumetes más humildes hasta el más pintado de los oficiales.

Dejando a los expertos las consideraciones más detalladas, llama la atención que para la comisaría del Consejo de Calificación Cinematográfica esta película no sea, al menos hasta hoy, "de valor educativo". Sobre todo porque su guión recrea con certeza diálogos notables y escenas que sólo se hallan en la correspondencia de los sobrevivientes enviadas a Chile mientras estaban prisioneros en Iquique. Hay frases, línea a línea, que vienen de primera mano y por sí solas constituyen un aporte a la hora de entender cómo diablos fueron las cosas en la Esmeralda aquel día.

El valor de esta cinta, cuyo director es bisnieto de Eduardo Llanos, el español que evitó que los cuerpos de Prat y Serrano fuesen lanzados a la fosa común, está en llevarnos de las mechas a la cubierta de la Esmeralda y en hacerse cargo del prócer desde el modo en que se relaciona con su tripulación y enfrentan juntos el calvario. La decisión de lanzarse al abordaje fue siempre una estrategia ensayada, un plan colectivo, y si bien fracasó por la fuerza de las circunstancias, nos dejó a cambio una de nuestras más inagotables leyendas.