- "Apuntes marítimos de Melipulli"www.diariollanquihue.cl, 23 de mayo de 2004


Apuntes marítimos de Melipulli


www.diariollanquihue.cl, 23/05/2004

En 1859 la corbeta "Esmeralda", la misma nave del Combate Naval de Iquique, teniendo por capitán a Leoncio Señoret determinó la profundidad y dirección de las corrientes en el canal de Chacao. En el transcurso de estas misiones el marino que desarrollå una invaluable y sostenida actividad cartográfica fue Francisco Vidal Gormaz, por espacio de dos décadas recorrió los mares del sur levantando mapas, instalando faros, dibujando planos de las ciudades y trazando recorridos de navegación. Gran parte de esta tarea la realizó como comandante de la gloriosa corbeta "Covadonga".




La historia de Puerto Montt ha estado indisolublemente ligada al mar, desde sus orígenes en el siglo XIX.

Al comenzar el año 1850 la parte sur de Chile era, prácticamente desconocida, los navegantes contaban con cartas que habían sido elaboradas en los tiempos coloniales, algunas de ellas muy buenas como los levantamientos hechos por el piloto José de Moraleda i Montero a fines del siglo XVIII, sin embargo la gran mayoría presentaba grandes errores geográficos. Por ejemplo, el naturalista Claudio Gay diseñó, en 1832, un mapa donde indicaba que el lago Llanquihue tenía dos desagües naturales, los ríos Rahue y Maullín, además los volcanes recibían distintos nombres al igual que senos, caletas e islas.

En esta época, cuando la colonización comenzaba a asentarse, el Gobierno ordenó a la Marina de Guerra concentrar sus esfuerzos en la exploración y levantamiento de mapas modernos. En 1850 el bergantín "Janequeo" al mando del capitán Buenaventura Martínez recorrió toda la costa, desde Corral hasta el canal de Chacao haciendo mediciones de mareas, altura de los cerros y trazando el relieve costero. Al año siguiente el teniente segundo Desiderio García trazó los primeros mapas de las islas Maillen y Huar.

En 1854 el infatigable capitán Martínez, esta vez al mando del bergantín "Meteroro", después de colaborar en la fundación de Puerto Montt, hace un reconocimiento muy completo del seno de Reloncaví y anticipándose al tráfico marítimo deja señalado todos los puntos donde debían instalarse los faros y acondiciona un varadero, para reparación de naves, en la isla Tenglo. Dos años más tarde, nuevamente la "Janequeo", comandada esta vez por el teniente primero Francisco Hudson recorre el río Maullín y explora los puntos peligrosos del canal de Chacao.

En 1859 la corbeta "Esmeralda", la misma nave del Combate Naval de Iquique, teniendo por capitán a Leoncio Señoret determinó la profundidad y dirección de las corrientes en el canal de Chacao. En el transcurso de estas misiones el marino que desarrollå una invaluable y sostenida actividad cartográfica fue Francisco Vidal Gormaz, por espacio de dos décadas recorrió los mares del sur levantando mapas, instalando faros, dibujando planos de las ciudades y trazando recorridos de navegación. Gran parte de esta tarea la realizó como comandante de la gloriosa corbeta "Covadonga".

Hacia 1878 las exploraciones, que se habían extendido a la Undécima Región, fueron suspendidas por motivo de la Guerra del Pacífico. Al retirarse la Oficina de Cartografía Marítima, que funcionaba en dependencias de la Intendencia de Puerto Montt, la Marina de Guerra había cumplido eficaz y puntualmente con la misión encomendada por el Gobierno, dejando un registro muy acabado de todo el territorio costero de la actual Décima Región.

LA GOBERNACION MARITIMA

Uno de los primeros inconvenientes que debió solucionar la Intendencia fue el traslado marítimo de la correspondencia, pues los vapores de carrera recalaban en Ancud y desde allí debía ser retirada. Para esto se contrató a distintos patrones de goletas los cuales por diversas razones no cumplían adecuadamente.

En agosto de 1858 se crea la subdelegación marítima de Llanquihue con dependencia de Ancud. Su primer director fue el colono Guillermo Lebreton con un sueldo de $ 35 mensuales quien nombró Patrón de la bahía de Melipulli a don Rufino Guerrero; entre sus funciones estaba vigilar el movimiento de naves y la llegada puntual de la correspondencia oficial, al tiempo que el Intendente oficiaba a la comandancia de la Marina de Guerra sobre la necesidad de establecer una Gobernación Marítima autónoma.

Un año más tarde se nombraba al teniente primero, Daniel de la Cruz como Gobernador Marítimo de Llanquihue. El mencionado oficial, además de organizar la oficina con un carácter castrense, se preocupó de levantar el primer resguardo de aduana y propone la construcción de un muelle fiscal, le sucede en el cargo el teniente Manuel Hurtado. Otras de las funciones de esta oficina era la recepción de correspondencia privada, pues en el naciente Melipulli no había correo, por lo cual se contrató a don José Díaz para esta tarea y a Enrique Br„emer como Ayudante general.

Hacia 1870 existía un cuerpo de cinco prácticos los cuales subían a los vapores en el puerto de Ancud, por cada viaje el experimentado marino recibía $ 52. Los oficiales de Marina que ocuparon el cargo de gobernadores marítimos estaban dotados de una educación avanzada, especialmente en matemáticas, por lo cual, aparte de sus obligaciones navales, debían dar clases de geometría y aritmética en el recién creado liceo de Melipulli. 


Puertomontinos en el Combate Naval de Iquique

El 12 de septiembre de 1879 el Congreso Nacional promulgaba una ley especial para todos los tripulantes que habían fallecido en el Combate Naval de Iquique. La solicitud debía hacerse a través de la Intendencia con las cartas que certificaban el parentesco del solicitante: padre, madre o esposa. De tal forma, en febrero de 1881 la señora Rosario Alvarez, antigua vecina de Puerto Montt, recibe dicho beneficio por la muerte de su hijo Florencio Asencio Alvarez. El otro agraciado fue Clemente Miranda, natural de la isla Huar, quien recibió una pensión a perpetuidad de $ 8,3 por la muerte su primogénito Nicasio Miranda que se desempeñaba como fogonero 2º. de la "Esmeralda". (Fuente: Libro de Decretos y Correspondencia de la provincia de Llanquihue. Archivo Nacional / Santiago). 


Por César A. Sánchez Vera